LA ODISEA DE UN BESO TUYO.
Extracto: Cuentos para no contar – De amor y de letras –
Autor: Iván Eduardo Lópezcampos
Valentina Rossi
Praga. República Checa.
¿Cómo empieza un beso? Inicia con mi dedo índice andando por tus labios; primero el superior, luego, mi preferido, el inferior. Gajo de fruta exótica, de sabor dulce, de temperatura fría, pero a la vez cálida. Suena una contradicción, pero así es, así lo eres tú, lo comprendes todo. Contengo mis ganas por probar tus labios y continúo el trayecto, y es que antes de disfrutar, debo de memorizarlo para así poder reproducir el momento, sin pérdida alguna, durante tus ausencias.
Mis ojos, mientras te acaricio, se posan en los tuyos. Ves mi mirada extraviada, lo está, no lo dudes. Se pierde en la belleza de tus ojos, se pierde en lo que esconden detrás de ella: valentía y melancolía.
Mi reacción a ti es una tímida sonrisa. Acaricio tu frente, luego me aventuro por tu mejilla, lo hago porque adoro su color tanto como la tersura de tu piel. Adoro que sea lienzo de blanca pureza para en él, escribir una y otra vez nuestra historia, con la tinta de mis labios.
Acomodar tu cabello, es estar en ti, es tener intimidad, porque hay ocasiones que sí, que la intimidad más profunda se experimenta en la ternura, en las miradas… en las palabras.
Mi corazón pierde ritmo, se acelera, lo hace al ver como tu rostro se inclina en sentido contrario al mío, al ver como avanza en cámara lenta, yo… yo también avanzo al ritmo que marcas. Deseo llegar al destino, pero… debo de confesarte que el trayecto, entre el deseo de un beso y éste, tiene un encanto especial, tiene magia, tiene energía única.
Rozar tus labios es impactarse y ser absorbido por lo sublime. En ese instante mis sentidos se pausan, todo en mi es silencio. El pensamiento se apaga, solo queda el sentimiento. Es así porque no quiero perder instante alguno de ti, bien podría morir en el acto y no darme cuenta.
Un beso tuyo da vida, es… es como un viaje al universo. Ahí se levita en medio de un silencio profundo, se hace porque se está frente a la belleza infinita. Eso es un beso tuyo… es experimentar un viaje al paraíso, es beber el elíxir del amor, del deseo. Un beso tuyo alcanza para una vida. Lo hace porque es tener un poco de ti y eso, es tenerlo todo.
Bruno Descartes
Praga. República Checa.